La compañía planea usar una pantalla más grande en la nueva generación del iPhone y ya comenzó a realizar pedidos para los nuevos dispositivos a firmas de Corea del Sur y Japón.
Las producción preliminar ya se ha iniciado en las plantas de las coreanas LG y Sharp y del japonés Japan Display, una fusión de tres empresas impulsada por el Gobierno nipón.
La nueva pantalla del iPhone medirá cuatro pulgadas más. Eso representaría un aumento de aproximadamente un 30 por ciento en la superficie, asumiendo que el resto de las medidas del iPhone se mantienen estables.
Es probable que los tres proveedores reciban los pedidos finales de producción a partir de junio.
Esto permitiría que la producción del nuevo iPhone comenzase en agosto si la compañía mantiene los tiempos que usualmente transcurren desde el prototipo hasta el lanzamiento.
La decisión es en parte una respuesta a Samsung Electronics , que presentó a principios de este mes su Galaxy de mayor precio con una pantalla táctil de 4,8 pulgadas y un procesador más rápido.
Samsung, que este año se convirtió en el mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo, vendió 45 millones de teléfonos avanzados en el primer trimestre y las ventas de los modelos Galaxy superaron a las del iPhone.
Apple no estuvo disponible de inmediato para realizar comentarios.
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